Letras irónicas, la fachada de indiferencia como si fuera una consagrada veterana de los escenarios, look simple, escasez de maquillaje. Y es que la simpleza que busca irradiar la joven cantante inglesa, hija del conocido comediante Keith Allen, se sobrepone a la imagen de adolescencia de esta artista de 22 años, que representa el actual impacto de sitios web interactivos masivos, especialmente hablando de Youtube y Myespace. Fue justamente en estos dos sitios donde Lily se popularizó hace no más de un par de años, utilizando la web como trampolín, y alcanzando la fama entre los internautas birtánicos, posteriormente pasando al continente europeo, hasta finalmente llegar los videos y música a sus nuevos fanáticos en Sudamérica, Chile y Argentina principalmente.
El viernes pasado, Allen ofreció su primer concierto en Chile. Al Arena Santiago no llegaron más de 3 mil espectadores, en un moderno recinto que ofrece más de diez mil localidades. Una especie de "show privado" para las adolescentes "pelolais" que llegaron hasta la cúpula del Parque O´Higgins, que respondían "Yes, yes" a las polémicas declaraciones que hacía la artista, desde criticar y descalificar a George Bush, de las modelos anoréxicas, hasta el tamaño del miembro masculino del hombre chileno. De seguro que las niñas no deben haber entendido lo que hablaba la Allen en su característico acento británico, que entre cigarros y cervezas se daba cuenta que no su nombre no prendió mucho en Santiago de Chile, y que a pesar de tener millones de visitas y descargas sus videos, todavía no es suficiente para conquistar el lejano mercado latino.
Pero quien sabe, para la próxima será. Quizás para los chilenos gastar siete lucas por un grupo "under" sea demasiado, y que nos gusta hacer colas de od un día para ir a ver a U2 o Robbie Williams. Pero la apuesta es interesante. Siempre es bueno que lleguen bandas nuevas a estas latitudes, que el mercado chileno existe y es apetecido en el mapa de los artistas del primer mundo.
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